René Descartes nació en la Haya de Turena, en el seno de una familia distinguida. Se educó en el colegio de los Jesuitas de La Fléche, donde permaneció desde 1604 a 1612. La personalidad de Descartes señala el paso decisivo del Renacimiento a la edad Moderna. Es considerado como el padre de la filosofía moderna y también como el fundador del idealismo moderno. Tal y como él mismo explica en su Discurso del Método, su libro más famoso en el que aborda su famosa máxima «pienso luego existo», (Cogito ergo sum) la incertidumbre que le había dejado su primera educación le convenció de que debía viajar para «leer en el gran libro del mundo». Es por esto que se lanzó a los 19 años a la vida aventurera y viajera de un joven caballero. En 1618 se alistaba en los ejércitos del principe Mauricio de Nassau que participaban el la guerra de los Treinta años y en 1619 en el de Maximiliano de Baviera. Tras residir en París entre 1625 y 1628, fijó por fín su residencia en Holanda, que era entonces el pais de la libertad y de la tolerancia filosófica y religiosa. En Holanda pudo conseguir aquella soledad sin aislamiento que constituyó el ideal de toda su vida. Más tarde, en 1649, fue invitado por la Reina Cristina a trasladarse a Suecia, donde falleció.
Descartes estaba singularmente dotado para la geometria, y creó la geometria analítica, descubrió que ésta podia resolver » un ilimitado número de problemas con sólo partir del supuesto de que la solución era ya conocida». Perfeccionó este campo de la ciencia y enriqueció las matemáticas, la física, la metafísica, la medicina, la tecnología.
Algunas otras obras representativas de Descartes son, Dióptrica, Meteoros y Geometría (1637), Los Principios de la Filosofía (1644) y Tratado de las pasiones (1649), escrito este para la princesa Isabel de Holanda.
Descartes murió de neumonia a los nueve dias de contraer la enfermedad. Sus restos mortales descansan en saint- Germain- des Paris.