Relato Corto Blog de Ficción

Regreso al trabajo

R

Esta ha sido una semana como todas, llenas de letras sin sentido mientras trato de darle un orden a la vida. Por suerte, acabé un nuevo capítulo de la novela. Este fue el más difícil que recuerdo, pero me parecía que todos los eventos eran necesarios. Fuera de eso… finalmente, encontré un nuevo cliente para llevarlo a la montaña.

El viaje fue maravilloso, Alisha acaban de llegar de Galápagos así que no tenía muchas expectativas de su último día en Ecuador. Nos encontramos a las ocho en el punto de encuentro. Ella se veía lista para lo que sea que la montaña nos pueda presentar, pero no le di mucha importancia ya que este viaje lo hago con regularidad.

Tomamos tres buses, y hasta ese entonces la caminata fue mínima. Luego, al llegar al último pueblo aledaño a Quito que puedes llegar en transporte público, renté una camioneta para que nos lleve por treinta minutos en un camino de tierra y fango. Y llegamos, con el cielo despejado, a dos árboles en un bosque que marcan el inicio del chaquiñán que te lleva a la gran cascada, un lugar sagrado para los locales en el que se realicen ceremonias los solsticios.

La caminata de una hora a través de cinco kilómetros de terreno demandante, pero fácil, hace que el viaje sea interesante. Estuvimos rodeados de aves trinando y el sonido del río a un costado, mientras atravesamos un pequeño bosque primario húmedo en lo más profundo de un cañón. Debido a su posición, el clima es cálido y húmedo, refrescante en comparación la fría brisa de la montaña.

Al llegar, el impacto sensorial de ver a pocos metros de distancia la caída de todo un río desde lo más alto del cañón, es impresionante. Disfrutamos dos horas alrededor de la cascada, almorzamos e intentamos asimilar toda su belleza pero la estadía se hizo corta.

Finalmente, después de disfrutar, empezamos a regresar cuando noté que estábamos a punto de ser cubiertos por una nube. Intentando que ella lo note, aceleré el paso para encontrar refugio. Nuestro vehículo de regreso nos encontraría en una hora, no había tiempo que perder.

Caminamos por veinte minutos bajo una ligera lluvia hasta llegar a una pequeña cueva para esconderse y esperar que la peor parte de la tormenta pase. A los pocos minutos empezó el granizo, pequeñas gotas de hielo cayeron frente a mis botas, ese instante supe que no llegaríamos a tiempo para encontrar a nuestra camioneta. Lo más probable era que nos quedemos sin forma de regresar, pero ella no necesitaba saberlo.

Poco después de que pasó el granizo y con las esperanzas de encontrar un vehículo para regresar, decidí empezar a caminar bajo la lluvia. Después de todo, la peor parte ya había pasado. Seguimos sin parar, pero al llegar al inicio del chaquiñán no estaba nuestra salvación. La lluvia no parecía que iba a terminar y debía encontrar una forma de regresar a salvos antes de que llegue la noche.

Teníamos suficiente tiempo para esperar que algún carro pase por esa vía de tierra en medio del páramo, pero no llegó. Una hora pasamos bajo la lluvia, esperando que las hojas de un árbol sean suficiente refugio. Intenté hablar de cosas sin importancia para que la estadía sea más placentera, pero el frío empezó a empeorar con la brisa de la montaña. Por suerte, Alisha estaba preparada para todo y también tenía un paraguas.

Finalmente, después de tanto esperar, decidí ir en búsqueda de ayuda. Después de todo, teníamos un par de horas antes de que llegue la noche y era mejor empezar a movernos. Cuando de la nada apareció una camioneta, subimos en el cajón y pese a la lluvia empezamos nuestra travesía de regreso a Quito.

O sí, también publiqué un nuevo capítulo de la serie Sibilare y lo puedes encontrar aquí.

About the author

Sebastián Iturralde

Escritor de relatos enigmáticos, tejiendo narrativas cautivadoras que provocan el pensamiento y estimulan la imaginación. Revelando las profundidades de la experiencia humana a través de las palabras.

By Sebastián Iturralde
Relato Corto Blog de Ficción

Acerca del autor

Sebastián Iturralde

Escritor de relatos enigmáticos, tejiendo narrativas cautivadoras que provocan el pensamiento y estimulan la imaginación. Revelando las profundidades de la experiencia humana a través de las palabras.