Relato Corto Blog de Ficción

Nada es Importante

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De qué sirve la existencias cuando todo es irrelevante. Como una hoja cayendo por las aguas del río no esperas que tus sueños se hagan realidad, se vuelve imposible encontrar un camino cuando eres esclavo de una fuerza incontrolable. Los días pasan, sabes que el tiempo te llevará a donde le plazca, sujeto a su grandeza debes esperar de brazos cruzados, lo mínimo que uno debe hacer es disfrutar.

Disfrutar del dolor que traen las circunstancias. Porque estamos hechos para soportar las vidas que nos fueron impuestas, sin nada que hacer para cambiar el rumbo de las manecillas del reloj, eres obligado a pagar esta eterna condena, incluso llegando a sentir dolor en los lugares de felicidad. Porque el tiempo no respeta, para él solo existe el ahora, siendo así imposible estar preparado para evitar los golpe que debes recibir.

Aún así, pienso que debe existir una forma para ignorar todo lo que es imposible de cambiar. Es la única respuesta sensata cuando sabes que el dolor llegará cuando le plazca. Siendo esclavos del péndulo del tiempo, incapaces de imaginar una vida si sus aguas dejarán de correr, y finalmente convertirnos en esa hoja que logró salir de la corriente.

Miedo, es lo único que puedo imaginar cuando intento ver mi vida desde los ojos de aquellos que ya no corren por las corrientes. Nuestros días son limitados, estamos tan solo unos minutos a que un mal juego del destino nos deje fuera. ¿Para qué? Vivimos con tanta prisa para conquistar los frutos de nuestra imaginación, pensando que seremos capaces de alcanzar algún premio, como si el fruto de los esfuerzo de algo le servirá a la corriente.

Como esa hoja somos esclavos. Estamos obligados a dejarnos llevar y sucumbir bajo las fuerzas de su gran caudal, queremos entender y analizar todos sus aspectos, pero es imposible para la hoja saber que el mundo en el que vive no es más que un río.

Pero a dónde va nuestro río. ¿Cuál es su propósito? Quizá sea igual que todo ciclo y estemos en camino a un gran océano para volver a empezar, subir a los cielos como vapor, perder todo lo que nos hacía únicos y especial, o quizá, seamos filtrados por rocas hasta volver a ser libres de impurezas.

En realidad la imaginación queda corta para tanta maravilla. Somos polvo y en polvo nos convertiremos. Sí tan sólo fuese capaz de entender, aunque, por otro lado es más fácil ser feliz cuando menos se sabe. No es que tus conocimientos realmente existan, pero cuando los tienes la vida empieza a tener escalones, imaginarios, desde luego. Pero reales para esos esclavos del tiempo, los seres que intentan dar una razón para su existencia, ellos que pueden apreciar la belleza.

Quizá, sea hora de entender nuestra esencia. Somos seres sensoriales capaces de apreciar la existencias, quizá, esa es la única función. Ahora lo difícil sería dejarse llevar por el tiempo para admirar nuestro entorno y esperar que alguien esté llevando apuntes, porque yo olvidé lo que hice en la mañana. El sol salió y sentí una fuerza dirigiendo mis sentidos, el resto es historia.

Todavía tengo la esperanza de escribir. Dejar letras regadas por el mundo, salir a caminar, apreciar, y crear.

About the author

Sebastián Iturralde

Escritor de relatos enigmáticos, tejiendo narrativas cautivadoras que provocan el pensamiento y estimulan la imaginación. Revelando las profundidades de la experiencia humana a través de las palabras.

13 comments

  • Magnífico escrito como todo lo que llevo leído. Me gusta porque escribes en un plano inconsciente o no sé cómo llamarlo. Me reconozco en tu manera de plasmar los sentimientos hilvanando las palabras tal y como van surgiendo.

    Sobre el contenido sólo apunto que la existencia no sirve de nada es tan sólo un paso bajo una forma de energía determinada. Pero no tiene ningún propósito per se, cada cual tiene que encontrar una fuerza y un objetivo propio, y luchar por darle sentido a su existencia a sabiendas que todo es irrelevante y que nada de lo que hagas será para nada.

    Todos somos esclavos de fuerzas que PARECEN incontrolables pero no lo son a parte del hecho de que estamos condenados a morir. El tiempo se lo lleva todo sí pero el fatalismo no debe ser, bajo mi punto de vista, una excusa para quedarse de brazos cruzados y esperar.

    Cuando dices disfrutar del dolor… no puedo tampoco estar de acuerdo. El dolor no se disfruta a menos que seas masoquista, el dolor DUELE y si duele va en contra de la premisa que te has puesto ante el sinsentido de la vida: disfrutar. Disfrutar y dolor son dos cosas que debes empezar a dejar de mezclar. Y tampoco estoy de acuerdo en que debas soportar la vida que te han impuesto sino que TU puedes cambiar lo que quieras cambiar. NADA NI NADIE te puede imponer nada sino que precisamente uno de los sentidos de la existencia de cada uno debería ser: aprender a liberarse de las cadenas impuestas o que cada uno se impone porque ¿Por qué deberías estar condenado a sufrir tu existencia? No tienes que pagar ninguna condena TIENES LA CAPACIDAD de DECIDIR si vives o sobrevives y creo que lo tienes muy claro pero estás en un momento delicado en todo parece desmoronarse a tu alrededor (o por lo menos eso transmite tu texto).

    No andas errado cuando citas el miedo. El miedo es lo que nos mantiene en la posición perdedora. Miedo a perder… ¿Perder el qué? ¿Qué temes tanto perder si no es a ti mismo? Y si tienes tanto miedo de perderte… ¿por qué sigues ahí machacándote y haciéndote añicos? El tiempo no nos consume, somos nosotros mismos los que permitimos que nos consuman los elementos externos. No hay nada que la IGNORANCIA pueda solventar sino al contrario. La ignoracia sólo puede potenciar nuestras debilidades ante los elementos.

    No dejes de escribir, es una de las cosas que te puede AYUDAR a salir del pozo del abismo. Escribe, escribe y escribe aun cuando no estés seguro de lo que haces. Escribe y déjate llevar por las sensaciones que te provoca el dejar lastres bajo las palabras. Crea e imagina y trabaja desde du centro de gravedad. Descúbrete y reafirma tu posición y poco a poco irás sintiéndote mejor. Nosotros encantados de leerte y compartir.

  • Sebastián, logras que entendamos muy bien lo que sientes. Me transmites melancolía mezclada con cierta tristeza. Tenemos el poder de decidir sobre la vida, aunque no podamos evitar muchas de las cosas que nos suceden, el dolor, el sufrimiento propio o el de los demás. Me refiero a la actitud que elijamos tener frente a las cosas. Creo que la vida tiene propósito, tanto en cuanto decidimos qué hacer con ella durante el tiempo limitado que nos ha sido dado. Tenemos la capacidad de amar a los demás, de imprimir en ellos una huella positiva. Pequeños gestos, una mirada, un vaso de agua, un abrazo, una palabra bonita, pueden cambiar la vida a alguien. Te daría ejemplos. Para mí, escribir este comentario, ya tiene un propósito. No te voy a contar que tengo sueños fantásticos o metas maravillosas, pero sí te digo, escribir es vida.

    • Belén, la actitud, como dices, es lo que deben poseer los que navegan por las caudalosas corrientes del tiempo. Así, como tú, seguiré aprovechando los momentos grises para robarles la inspiración.

  • Magnífica reflexión. A mi entender supone un pensamiento alternativo y necesario respecto a la vida «de escaparate» a la que parece apuntarte tanta gente cerrando los ojos a cuanto les molesta, como si así evitaran su existencia. Dolor y alegría, lucha y reposo, reflexión, acción, silencio, voz y creación, vida y muerte, todo entra en el mismo lote y conviene dar y darse cuenta de todo

  • Muchas veces me han dicho, » la vida es un viaje», yo pienso, puede ser… Al igual que en un viaje lo puedo cancelar si lo que estoy viendo no lo disfruto?, pero cual fue el costo de ese paquete?, me regresan el total de lo invertido o solo una fracción? … Revise el intinerario antes de partir?, si fue asi porque no lo recuerdo?… En fin…

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Acerca del autor

Sebastián Iturralde

Escritor de relatos enigmáticos, tejiendo narrativas cautivadoras que provocan el pensamiento y estimulan la imaginación. Revelando las profundidades de la experiencia humana a través de las palabras.