Relato Corto Blog de Ficción

Insomnio

I

La oscuridad de la noche empezó a caer en la antigua casa. Sus paredes anchas mantenían la temperatura a través del día, pero cuando empezó la soplar el viento el frío entraba por pequeños agujeros alrededor de las ventanas; mi cuerpo se enfrió rápido y con él llegó el primer sonido. Temí por mi vida al escuchar la voz de un hombre, las palabras parecían ser de un lenguaje que desconocía, sin herramientas para defenderme decidí cerrar los ojos y dormir; los intervalos de sonidos cada vez eran más cortos; las palabras llevaban cada cuarto de hora; pareció una eternidad, mi mente no podía dejar de repetir los sonidos para intentar entenderlos.

Las manecillas del reloj marcaron las dos y empezó la voz de una mujer. Ella parecían estar respondiendo a la primera voz, empezaron a llegar con mayor frecuencia, luego la voz de un hombre más joven y finalmente otra mujer; los sonidos llegaban dos o tres minutos después del anterior, supe que no podría dormir. Así que abrí la ventana de mi cuarto y regresé a la cama; sentir como el frío de la noche empezó a entrar y rodear todo.

Las voces se quedaron en silencio por más de lo que imaginé. Empecé a sentir sueño, mis párpados se volvieron pesados, giré el cuerpo para estar cómodo sobre la cama y le di la espalda a la ventana que dejé abierta; con los ojos cerrados esperé en silencio, los sonidos debían regresar, pero no lo hicieron. La noche siguió su ritmo, yo fui cayendo en el más profundo sueño, pero me esforcé por mantenerme despierto; la curiosidad era más importante, eso pensé antes de sentirlos.

Con los ojos cerrados sentí a su energía entrar por la ventana. La temperatura del cuarto cambio, la brisa de la noche dejó de entrar por la ventana y poco a poco sentí al lugar llenarse de algo; no creo que eran ellos los que llenaron al cuarto, algo me dijo que eso que sentía era solo lo que los rodeaba cuando entraron. Estaba seguro de que ellos tenía curiosidad de mí, esa fue el única arma que pensé tener; mi idea era descabellada, la seguí confiando en lo que pensé y dejé que se queden en el cuadro mientras me mantuve inmóvil sobre la cama.

Por mucho tiempo no pasó nada. Me quedé acostado pensando en lo equivocado que estaba, sentí todo lo que estaba a mi alrededor hasta que se volvió normal y me mantuve en silencio para ver qué harían; era casi una hora desde que escuché su voz por última vez, los sentí a mi alrededor y estaba casi seguro de estar entre ellos. De repente sentí presión sobre mi cabeza, me asustó, pero intenté quedarme inmóvil por un instante; pensé que quitarme la presión de mi cabeza, me sacudí como lo haría un dormido. Cuando la mano se alejó de mi cabeza la sentí con claridad, me di tranquilidad saber que logré asustarlo y luego de unos segundos volví a sentir la mano presionar mi cabeza. Está vez me moví con fuerza y la presión desapareció.

Me quedé inmóvil. Su energía llegaba por todos lados, ellos parecían estar mirando mi cuerpo dormir, sus ojos llegaban por todos lados y sentí a uno de ellos sentarse sobre mí; pensar que alguien usaría mi cabeza de asiento fue inaceptable, giré con prisa y por primera vez sentí fuego brotar de todo mi cuerpo. Enfoque la mirada en la ventana abierta del cuarto y esperé hasta mirarlos salir; jamás pensé que mi energía sería capaz de atrapar a uno de ellos, lo tenía entre tentáculos de luz que brotaban de mi cuerpo.

Con la mirada enfocada en la ventana seguí presionando esa energía que brotaba de mí para aplastarlo. Muy despacio lo fui acercado a mi cuerpo, él parecía luchar para escapar, no podía dejarlo ir; la energía empezó a regresar a mí, con cada tirón sentí al ser perder fuerzas y lo seguí haciendo sin quitar la mirada de la ventana. Toda mi luz regresó al primer chacra, sentí un el primer pedazo del ser entrar; era cómo moverse a un ser vivo que sufre mientras te mira devorarlo, su cuerpo energético siguió entrando en mí, empecé a disfrutar el banquete.

Con cada tirón lo sentí entrar en mí. Su energía tenía un color diferente a la mía, con mis ojos abiertos mirando la ventana podía sentir el color de su energía; no era brillante y en comparación se veía opaca. Estar en mi interior no dio por terminada la lucha, hasta donde podía entender acababa de empezar; su energía era palpable, me sorprendió sentir a un ser de otro mundo de una forma tan clara. Él se movía en mi interior, era molesto tenerlo pataleando en mi primer chacra; fui capaz de usar mi fuerza interior para empujarlo dentro de mi cuerpo y hacerlo llegar al segundo chacra.

La última parte de su ser entró en mí y sentí como si otro ser lo hubiese soltado. A los pocos segundos el cuarto cambio de ambiente, lo que era un campo de batalla se convirtió en su trampa; su temor era palpable, lo vi escapar. Su silueta salió por la ventana, me quedé solo con mi presa, empecé a notar que lo podía mover y él no paraba de luchar; abrí mis chacras para tener mayor control y lo lleve a través de mi cuerpo.

Subió despacio. Lo seguí precioso y llevando su energía en dirección a mi cabeza; estaba seguro de lo que hacía, dejé que mi energía me lleve por un proceso jamás antes hecho y al llegar al sexto chacra empezó el temor. Solo una puerta quedaba abierta para que él tenga acceso total, me congeló la duda de dejarlo pasar; era mi presa pero no podía estar seguro, la posibilidad pasó por mi mente: una vez que abra el última chacra perderé el control de la criatura y el cazador se convertirá en la presa.

Pasó una eternidad antes de tomar la decisión. La energía del ser parecía ir tomando el color de la mía, sus movimientos cada vez eran más lentos, por un instante pensé que se rindió; me lleve de valor al ver la debilidad del ser, abrí la última puerta que lo dejaría entrar en el sexto chacra y la cerré luego de obligarlo a entrar. Una vez dentro de mi cerebro lo vi pequeño, casi insignificante; él parecía una bola rebotando dentro de las paredes del cráneo, con el tiempo su velocidad de noviembre empezó a aumentar y en cuestión de segundos decidí sacarlo. Al abrir las chacras lo sostuve con los tentáculos rojos que brotaron de mi primer chacra; su diminuta existencia se quedó atrapada entre las manos firmadas por mi energía, su cuerpo pasó por todos las chacras hasta quedar atrapado en el primero.

Mi mirada seguía firme contra las ventanas abiertas. Los últimos rasgos de su luz desapareciendo dentro de mí. Lo único que podía imaginar era encontrar al otro y atraparlo.

About the author

Sebastián Iturralde

Escritor de relatos enigmáticos, tejiendo narrativas cautivadoras que provocan el pensamiento y estimulan la imaginación. Revelando las profundidades de la experiencia humana a través de las palabras.

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Acerca del autor

Sebastián Iturralde

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