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Redención
07 de septiembre de 2020 | Fantasía Oscura

Redención

Redención

Sin un lugar a donde escapar, atrapado entre la espada y la pared, Jaseh se preparó para defenderse, seguro de que no podría hacer nada para salir con vida. Levantó sus puños para proteger su rostro, analizando detenidamente a las criaturas a su alrededor. Era la primera vez que veía a cinco Cerka en el mismo lugar, con sus colmillos plateados cubiertos de saliva.

Jaseh estaba agotado de tanto huir, mientras las criaturas parecían disfrutar la cacería. Listo para rendirse, tomó un trozo de madera del piso y lo sostuvo con ambas manos.

—¿Qué esperan? —gritó.

Uno de los Cerka gruñó, dando un paso hacia adelante. Al parecer, el grupo se preparaba para prolongar el encuentro. La criatura levantó sus garras plateadas para proteger su rostro. El golpe fue preciso: Jaseh intentó estrellar el trozo de madera contra la cabeza del monstruo, pero ni siquiera consiguió una reacción.

Jaseh sintió la mano de la criatura sobre su cuello. Fue levantado con facilidad, sosteniéndose con todas sus fuerzas para poder respirar. Solo mátame, pensó, sintiendo el calor de la respiración de la bestia. Luego de un instante, la criatura lo arrojó contra una pared.

Al caer, Jaseh perdió la visibilidad y tardó en recuperar el conocimiento. Cuando logró abrir los ojos, notó que estaba solo en la habitación. Se esforzó por levantarse, pese al dolor que recorría todo su cuerpo. El sonido también regresó, y con este los gruñidos de las criaturas.

¿Pero dónde están? se preguntó, caminando lentamente hacia la única puerta de la habitación. Con cada paso, los gruñidos se volvían más fuertes. La curiosidad se apoderó de él. Jaseh llegó a la puerta y vio a las criaturas luchar contra otro hombre, un caballero. Su armadura negra brillaba con la luz de la chimenea.

Los Cerka eran enviados al suelo tras cada impacto. El caballero no parecía tener dificultad al pelear contra las cinco criaturas. Jaseh miraba con admiración, escondiendo su cuerpo tras la puerta.

El caballero se movía en círculos, estrellando su inmenso combo de guerra negro. Era como ver un remolino enviando a las criaturas contra las paredes, pero a ellas no parecía importarles. Regresaban para continuar atacando con más fuerza.

Eventualmente, el caballero logró, con un ataque preciso, golpear a una de las criaturas en la cabeza. Solo que esta vez fue diferente: su arma pareció explotar, dejando atrás una nube de humo negro.

Jaseh miraba con una mezcla de miedo y admiración, desesperado por saber lo que sucedía… cuando sintió una mano tomarlo por el pecho. Vio a las criaturas lanzarse sobre él.

Cleirk, el caballero de armadura negra, ahora sostenía un escudo negro. Se protegía de los ataques de las criaturas, golpeándolas con su arma en cada oportunidad. Uno por uno, los Cerka fueron cayendo. Cleirk se aseguró de volver a golpearlos cuando estaban en el suelo.

Jaseh no podía comprender lo que sucedía. Las criaturas se lanzaban contra él. Algo lo sostenía por la espalda, alguien lo movía de un lado al otro. Jaseh vio a cada uno de los Cerka caer. ¿Qué fue lo que pasó? pensó una vez que Cleirk lo dejó en el suelo. Jaseh recuperó su aspecto normal y vio al guerrero de armadura negra marcharse sin decir una palabra.

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Sebastián Iturralde

Sebastián Iturralde

Un simple ciudadano de este hermoso planeta, eterno enamorado de la creación artística y de las letras, con la firme convicción de que la energía creativa surge de la naturaleza.

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