Es común pensar que los seres humanos temen a la muerte, pero ¿qué pasaría si decidiéramos abrazar la vida al máximo, a pesar del destino desconocido que nos aguarda? Nuestra existencia es un regalo, dotada de sentidos para experimentar todo lo que la vida tiene para ofrecer. Sin embargo, hemos creado un dios a nuestra imagen, una manifestación de nuestro miedo.
A medida que el tiempo pasa, nuestra mortalidad se vuelve cada vez más evidente, lo que lleva a algunos a buscar el perdón de un creador divino por sus acciones. Sin embargo, seguimos entregándonos a vicios como la lujuria, la pereza, la glotonería, la ira, la envidia, la avaricia y el orgullo, como si contuvieran las respuestas a los misterios de la vida.
Aunque quizás nunca sepamos qué sucede después de la muerte, podemos esforzarnos por vivir nuestras vidas al máximo. A través de la experiencia personal, he descubierto que seguir un camino hasta su conclusión, trabajar duro y hacer sacrificios para lograr nuestros deseos es la mejor manera de vivir. Incluso si no hay nada más allá de esta vida, podemos consolarnos con el hecho de que hemos disfrutado cada segundo de nuestra existencia.
Nuestro miedo a lo desconocido a menudo nos lleva a imaginar una vida después de la muerte en la que nuestros actos son juzgados y medidos. Pero no podemos estar seguros de que tal destino nos espera. Debemos asumir la responsabilidad de nuestras vidas, aceptar que es posible que debamos hacer sacrificios y encontrar nuestro propio camino hacia la felicidad y la realización.
Los filósofos han escrito historias de aquellos que encontraron el camino correcto, pero esas historias no tienen sentido si no estamos dispuestos a hacer sacrificios. Es hora de buscar en nuestro interior y afinar nuestros sentidos para encontrar nuestro propio camino. En nuestra búsqueda de la felicidad, debemos recordar que hay una gran diferencia entre lo que queremos y lo que necesitamos.
Si estamos contentos con nuestro paraíso terrenal, no hay necesidad de temer el final. Podemos consolarnos con el hecho de que podemos revivir esta experiencia en otra forma. Mientras seguimos girando en este globo de agua alrededor de una bola de fuego masiva, podemos pedir y recibir todo lo que deseemos. La clave es buscar lo que realmente necesitamos y lo encontraremos.