Dark Light
La vida no se trata de encontrar un camino a seguir, sino que se supone que debemos dar pequeños pasos cuando el puente invisible aparece un par de pies frente a nosotros.

En base a mis experiencias personales, he observado que los seres humanos suelen seguir cualquier camino que descubran. Sin embargo, hay casos en los que, a pesar de nuestros esfuerzos por evitarlos, terminamos donde se supone que debemos estar. La idea del destino o un conjunto de circunstancias preestablecidas puede hacer que la vida parezca carente de sentido, ya que sentimos que no tenemos control sobre nuestras vidas. Creer que tenemos la capacidad de elegir nuestras propias metas nos da un sentido de propósito y felicidad. Sin embargo, he notado que las grandes organizaciones, incluidas las religiosas, a menudo intentan imponer sus formas de pensar. A veces, parece que somos incapaces de ver el panorama completo.

Como seres humanos, deseamos controlar nuestras vidas porque eso nos hace sentir importantes. Sin embargo, el tiempo puede hacer que el concepto del destino sea irrelevante para nuestros sentidos, lo que puede llevarnos a actuar sin un sentido de responsabilidad. La idea de que las reglas están hechas para ser rotas es una triste excusa y no debería ser utilizada como justificación para un comportamiento irresponsable.

En este viaje eterno de la vida, a menudo elegimos dejar de seguir órdenes. Tal vez siempre nos ha parecido divertido hacer lo contrario de lo que se nos dice. Ahora parece que siempre ha sido así. No podemos confiar en los viejos guiones o historias sobre cómo todo comenzó. Creo que fue mucho más complicado de lo que sugieren esas historias. Por alguna razón, no podemos imaginar un lugar donde la libertad de elección no sea una opción y todo sea perfecto.

Sin embargo, la libertad de elección es nuestra posesión más preciada, ya que sin ella, seríamos como el polvo que el viento lleva de un lugar a otro. La decisión más difícil a menudo es seguir el camino que la vida nos muestra, incluso si va en contra de las ideas que nos han implantado en nuestras cabezas. A veces, terminamos caminando en una dirección diferente a la que habíamos deseado.

No estoy sugiriendo que no tengamos la opción de elegir nuestro propio camino. Al contrario, tenemos la libertad de elegir los pasos que tomaremos para llegar donde se supone que debemos estar. Algunos de nosotros elegimos el camino más difícil, pero es esencial permitirnos a nosotros mismos ser quienes elijan el camino que vamos a tomar. Es posible que no tengamos la sabiduría para conocer el resultado de lo que hacemos, pero aún podemos tomar el control de nuestras vidas y tomar nuestras propias decisiones. En última instancia, nuestras experiencias y decisiones nos moldean y nos llevan a donde se supone que debemos estar.

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