Bueno, para evitar los temas controversiales, les cuento que la semana pasada tuve que llevar a un turista de paseo a la cascada. Lo curioso de este viaje fue que, justo cuando estaba a punto de rentar una camioneta, apareció otro grupo de personas que se dirigían al mismo lugar. Eso no es inusual, solo que esta vez me encontré con un médico cuántico.
Imagino que lo primero que pasará por tu mente es la profesión del señor, al igual que muchos, esta era mi primera vez escuchando de la rama cuántica de la medicina. Resulta que, según Darwin—un nativo ecuatoriano que sigue usando la tradicional trenza—al estar conectadas a la vibración exacta, tenemos acceso a toda la información. Al parecer, únicamente en esa vibración se puede acceder a la biblioteca del conocimiento universal; tomando en cuenta que en este lugar no existe el tiempo o el espacio, y por ende se puede acceder al futuro.
Me quedé algo escéptico, pero continuamos con nuestro camino a la cascada. Él hablaba de la información y cómo acceder a esta, dónde se encuentra y porque existe. En fin, me contó todo, pero saber no es suficiente para entender. Así que, acepté sus consejos como una teoría y escribí la página quince de mi novela Sibilare.
Aquí puedes encontrar la última página que publiqué.
Por acá entras a la primera página.
Amazing!