Este apartado cumple el propósito de llevar al público una colección de relatos actuales, escritos por autores contemporáneos. Se parte de esta revolución literaria comentando y compartiendo sus trabajos.
Encontré este relato en mi interminable búsqueda de inspiración. Siento que es una excelente ayuda para imaginar el universo de los seres que no comparten nuestros sentidos. Espero que lo disfrutes.
1. 1. Madrid. Puerta del Sol. 8 de la mañana del jueves 13 de febrero del 2003. Hace un frío que cala hasta los huesos, a pesar de la bufanda, abrigo, guantes y gorro que llevo puestos. ¡Joder, qué ganas tengo de
Acabo de ser abuelo por segunda vez. Rosalinda le pusieron, y se me hizo un nudo en la garganta al verla. “Como lo repites tanto últimamente… nos gustó”, me explicó mi nuera y le sonreí emocionado. A la mayor quisieron llamarla como
En la pequeña sala de espera había como veinte personas mayores de setenta años. Dos o tres ocupaban las pocas sillas maltratadas que aún existían, los de más permanecían de pie. Una mesa en el centro de la casucha servía de escritorio
Era una noche muy oscura cuando Alex se encontraba durmiendo tranquilamente en su habitación De pronto oyó un ruido, se despertó rápidamente y miro a la esquina más oscura de su habitación, esa esquina la cual nunca fue utilizada. De pronto vio
Es un relato cautivador, te mantiene en vilo esperando a saber por fin cuál es la verdad y, sobre todo, enternecedor, puesto que le permite al lector dejar la imaginación volar recreando, como todos los presentes de ese barrio, una nueva vida
Marino alzó los ojos del café y se volvió con disimulo hacia las mesas del fondo. Como ya había presentido,casi temido, la muchacha estaba allí, con sus labios sin pintar y su carpeta de colores vivos, haciendo sitio en la mesa para
La opción sexual de Jerónimo (Nimo, le llamamos en el barrio) son las monas. Chimpancés, para más señas. Es por ello que Nimo vive desde hace mucho, a la espera de tiempos más propicios, enclaustrado en un armario infecto atiborrado de ropa
Mi jefe, el jefe de todos cuantos aquí trabajamos, el propietario de mi futuro, me convoca a su despacho y yo, sorprendido por la noticia, subo, trepo hasta la última planta del alto edificio y entro asustado, levemente tembloroso, falsamente sonriente, sutilmente
«Al llegar a mi casa, y precisamente en el momento de abrir la puerta, me vi salir. Intrigado, decidí seguirme». Me fui derecho al «Marfil», adónde si no, a tomar la primera copa, pero a decir verdad, aquella copa ya no sería
Madrid 10:15 a.m La mañana se encontraba despejada, un resplandeciente rayo de luz iluminaba todo el salón, la radio como siempre encendida por la mañana diciendo las noticias de primera hora, ya que el comprar el periódico le resultaba un poco aburrido.