Dark
Light

Através del lente

septiembre 14, 2020

Abrí los brazos para volar pero algo no estaba funcionando. Sentí que mi velocidad aumentaba rápidamente, no podía dejar de ver la imagen de mi cuerpo estrellándose. Volví a intentar, sintiendo el aire contra las plantas de mis manos—inmediatamente noté que no tenía plumas. ¿Qué estás haciendo? El piso cada vez se veía más cerca. ¡Despierta!

Felix volvió a despertar sobre una almohada llena de sudor, y su corazón acelerado poco a poco regresó a la normalidad. Solo fue un sueño, se dijo a sí mismo. Aunque todavía no se daba cuenta de lo que estaba sucediendo.

Se levantó y vio que en su cuarto todo estaba igual, caminó al baño y se limpió la cara. Era obvio que faltaba mucho para el amanecer.

Tengo que dejar de tener estas pesadillas, pensó Felix al mirarse al espejo. Hasta donde recordaba, seguía usando el mismo atuendo con el que se acostó la noche anterior. El uniforme negro militar con los bolsillos llenos de armas y las botas negras altas.

Felix tomó las gafas de visión nocturna que se encontraban junto al lavabo y se las colocó. La noche se volvió vivida, y vio por primera vez a la criatura acostada en la tina del baño. Inmediatamente, Felix tomó el arma que tenía a un costado y empezó a disparar.

Otra criatura entró por un agujero en el techo y saltó, cogiéndose del casco. Felix la tomó con una mano y la llevó contra el piso, luego volvió a disparar.

Al regresar a la puerta del baño notó que su habitación estaba llena de estas criaturas pequeñas y verdes. Ellas se movían por los muebles…pero cuando notaron que Felix las podía ver se volvieron locas.

Felix corrió para no desperdiciar municiones, pasando directo a la sala y cerrando la puerta. Para notar que ahí se encontraba una más grande—a un costado de la habitación vio a su lanzamisiles, decidió correr mientras disparaba a la criatura.

El ser de dos metros se protegía con su brazo de los disparos. Su cuerpo parecía casi tan ancho como alto, y empezó a correr hacia Felix.

Al tomar el arma, Felix tuvo que impulsarse con sus dos piernas de la pared para evitar ser embestido por la criatura. Y la vio atravesar la pared de la cocina.

Felix se arrodilló para sostener su arma sobre el hombro y tiró del gatillo. La criatura pareció explotar con el impacto. Tengo que salir de aquí, pensó.

Pare ese entonces podía ver las verdes manos salir por los agujeros en la puerta de su cuarto. Así que empezó a correr hasta la puerta principal, notó que el corredor estaba libre y siguió hasta el elevador. Cuando las puertas se abrieron otras pequeñas criaturas verdes salieron, Felix tuvo que saltar al piso de espaldas para tener un poco de distancia y disparar.

Luego, giró hacia atrás y al levantarse notó que todas las criaturas estaban en el piso. Así que giró para correr hacia las escaleras, pero al entrar notó que un grupo de criaturas altas, con aspecto humanoide, caminaban hacia arriba. Demonios, pensó y empezó a subir.

Encontró la azotea vacía y corrió buscando algo para defenderse—vio que le quedaban pocas municiones. Tengo que salir de aquí antes de que lleguen… y la puerta se abrió. Las criaturas de aspecto humanoide salieron, ella cargaba espadas y martillos. El tiempo se agotaba.

Felix corrió al filo de la azotea y saltó, cayendo cada vez más rápido. Abrió sus brazos para volar, y notó que no tenía plumas—el piso se acercaba a gran velocidad. Y volvió a despertar.

Sebastián Iturralde

Escritor de relatos enigmáticos, tejiendo narrativas cautivadoras que provocan el pensamiento y estimulan la imaginación. Revelando las profundidades de la experiencia humana a través de las palabras.

8 Comments

  1. Me gustó este post. Tiene una combinación muy atractiva: fantasía, acción, miedo y desesperación, también la reacción frente a situaciones que antes no estaban ante nuestros ojos.

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