Desde las entrañas de la Tierra se escucha el rugir de una miniatura que podría ser considerada barro; pese a esto los microscópicos habitantes de la delgada superficie terrestre enloquecen al querer observar tal magno acto. Quién podría imaginar que tal solemne acto es común en el rostro de un adolescente; se podría discutir la edad de ser en el cual vivimos pero se estima juventud.