Un día de fiesta grande Cuando el águila se asomó a la plaza perdió el aliento. Se olvidó de la paloma y se olvidó de su nido y sus hijuelos hambrientos y se olvidó hasta de que era águila. Mucho más arriba
Cada vez que mi padre zarpaba, la casa parecía vacía. El bullicio cotidiano era el mismo, mi madre atareada en las faenas domésticas y los cinco niños enfrascados en las típicas contiendas entre hermanos; sin embargo, su ausencia gravitaba sobre nosotros agrandada
Marino alzó los ojos del café y se volvió con disimulo hacia las mesas del fondo. Como ya había presentido,casi temido, la muchacha estaba allí, con sus labios sin pintar y su carpeta de colores vivos, haciendo sitio en la mesa para
El espectro se materializó ante mí, y no lo vi al principio. Fue primero esa impresión de ser mirado: alguien nos mira fijamente mientras dormimos, y nos despierta. Entonces levanté los ojos del periódico, y allí estaba: calva y cara de látex,
Sentada en el sofá, con el cuerpo reclinado y la barbilla reposando sobre el cuenco de la mano, miré esa fotografía, la vieja fotografía de él. Posando altivo y estático, con aquel pañuelo envolviendo su cuello, y esa mirada decidida de una
A lo máximo que aspira un buen publicitario es a grabar su mejor spot, y ganar ese award que ponga la guinda en su carrera y la estatuilla en sus brazos, la copa de Venecia, la Palma de oro de San Sebastián,
Café amargo en la ventana Me levanté de la cama, sábanas arrugadas y un regusto impreciso en la boca. Mi sueño, como casi siempre en estas últimas semanas había sido monótono y amenazador. Tal vez por eso no lo recordaba. Encendí la
A menudo el camino hacia los cataclismos más pavorosos corre a través de menguados bancales: en algunos de nuestros urinarios públicos se encuentran, a veces, trozos de pan depositados allí intencionadamente por urófagos que luego recuperan de noche para comérselos con voluptuosidad.
Carta número uno Querido Ricardo: Hoy me ha ocurrido algo extraordinario, he ido como todas las mañanas a la oficina de correos a recoger nuestra correspondencia y me he encontrado un envío a mi nombre de la editorial Rosenburg, un voluminoso libro