Quisiera tener un medio
para conversar contigo,
pero estas páginas bastan
para calmar mi abrigo.
Viejo, la vida es injusta,
verte luchar me enternece,
quise aliviar tu sufrimiento,
pero la fuerza me parece
insuficiente para continuar.
Al salir de tu cuarto
pensé en las versiones que viven,
en conejos cavando agujeros,
en los días que se repiten.
La brisa, para ti, es molestia,
para otros, caricia y sol,
pasar horas bajo el cielo
es un simple don.
Pero incluso el gozo tiene límites,
el exceso también duele,
hoy aproveché el día por los dos,
buscando balance en lo que sucede.
Este es solo otro día
perdido en el olvido,
de ti aprendí a disfrutar
el dolor compartido.