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13 de agosto de 2025 | Realismo Mágico

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Para Samuel, la teoría del multiverso se volvió parte de su realidad. Interactuaba todos los días con un infinito de otros yo. Samuel estaba seguro de que entre todos ellos existía una conexión energética. Mirando más allá de la teoría, era capaz de ver una fuente de energía que nutre la realidad. Todas esas otras versiones de sí mismo le robaban su potencial.

Samuel estaba seguro de que acabar con los otros era el camino hacia el poder.

Lamentablemente, estaba atrapado en su universo sin una herramienta para probar que su teoría era realidad. Viviendo la vida de todos los demás, Samuel empezó a planear. La mejor forma de probar, aunque nadie más creyera en sus resultados, era eliminar a su ser en un universo paralelo.

Parte de su estrategia era fingir que tenía una vida normal. Debía prepararse de forma discreta para dar inicio a su plan. Cada pieza meticulosamente colocada para que él sea el único que sobreviva.

Samuel empezó a entrenar para correr, hacer bicicleta y levantar pesas. Su rutina diaria no tenía nada en particular. Con los años empezó a ponerse en forma, aunque la diferencia era minúscula. La vida continuaba casi igual que antes de aceptar sus creencias. En su mente no existía duda de que cada versión de sí en cada universo estavan conectadas por un mismo flujo energetico.

Así, después de años de prepararse a escondidas de sí mismo, dio inicio a su plan.

Luego de un chequeo médico de rutina, salió del edificio en búsqueda de un helado. Samuel había hecho costumbre dirigirse al mismo establecimiento. Los negocios venían y se iban, sin embargo Samuel siempre regresaba. Era un lugar especial; al menos eso es lo que parecía.

Samuel salió del edificio y giró a la derecha. Era algo común. Después de todo, una energía poderosa lo llevaría de regreso al mismo lugar. Fue en ese instante cuando alcanzó a ver el carro a punto de embestirlo. Esta casualidad había sido programada bajo un código secreto. Ni siquiera él mismo sabía cómo iba a suceder, pero estaba listo. Siempre atento. Constantemente concentrado en el presente. En ese instante puso en práctica un ejercicio que venía realizando, un ejercicio escondido detrás de una rutina, impulsándose del piso para saltar.

La fuerza del impacto no fue capaz de destruir la pared del edificio. El carro retrocedió, dejando en el piso a todas las demás versiones de Samuel. La trampa había sido demasiado perfecta. El tiempo para reaccionar demasiado corto. La posibilidad de girar a la derecha, imposible.

Samuel cayó sobre el capó del carro y poco a poco empezó a sentir a todas esas otras versiones desaparecer. El crecimiento acelerado era exponencial. Cada segundo incrementaba como explosiones insostenibles. El dolor, demasiado fuerte para soportar. Samuel perdió el conocimiento.

Al despertar en la camilla de un hospital, sus ojos tenían dificultad para concentrarse en una realidad. Los universos paralelos parecían unirse en su mirada. Samuel podía ver sombras de todas las realidades; perdió el control y solo sintió cómo su cuerpo se desconectó y volvió a caer inconsciente.

La trampa pasó desapercibida ante los ojos de los dioses. Nadie sabía lo que podría suceder.

Al poco tiempo volvió a recuperar el conocimiento y sintió una curiosidad infinita por salir a ver el mundo desde sus nuevos ojos. Samuel sabía que una gran cantidad de personas debieron haber caído en su trampa. La fuerza que sentía y la energía que corría por su cuerpo tenían que ser la explicación. Todavía no era obvio que la trampa había acabado con todos los demás.

Samuel era el único que quedaba, mientras la fuerza que da vida al multiverso continuaba enviando la misma cantidad de energía. Un infinito de realidades que ahora se concentraban en un solo individuo. Samuel miraba al mundo con un rango de vista más amplio. Las luces invisibles para los demás ahora eran parte de la realidad.

Samuel podía ver los pensamientos de los demás, las fluctuaciones energéticas que se mezclan entre unos y otros. La capacidad para entenderlo parecía siempre haber estado presente. Era hora de experimentar. Samuel usó las extensiones de sus pensamientos y emociones para cambiar el mundo a su alrededor.

Incluso más sorprendente fue modificarlo todo. Al caminar, cruzó cerca de una mujer perdida en su mente. Samuel vio el caos acercarse lentamente. Siendo capaz de sentir la energía que se acercaba, se propuso manipularla, usando su propia energía, domando los pensamientos acelerados de los demás, haciendo que su paz y tranquilidad fueran más fuertes. El ambiente empezó a cambiar.

La mujer que se acercaba olvidó lo que estaba pensando y vio a la distancia el sol brillar tras las nubes. Eso la hizo desconectar la mente para apreciar el presente. Sin una preocupación, continuó.

Samuel no pudo evitar admirar la sonrisa de la desconocida. —Lindo día —dijo sin pensarlo.

Ella lo miró a los ojos y una chispa los hizo detenerse. Luego bajó la cabeza, sonriendo, para continuar caminando.

Samuel estaba sorprendido por el cambio que iba dejando en su andar. Con su nueva capacidad aceptó que este sería su trabajo: crear un mejor mundo a su alrededor.

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Sebastián Iturralde

Sebastián Iturralde

Un simple ciudadano de este hermoso planeta, eterno enamorado de la creación artística y de las letras, con la firme convicción de que la energía creativa surge de la naturaleza.

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